La saga Ecco the Dolphin demostró que los videojuegos basados en delfines podían ser muy exitosos. Shark Simulator, por otra parte, ha alcanzado un nivel de éxito prácticamente a la par cambiando al protagonista por un tiburón.
Aunque su mecánica es propia de un simulador el papel que tendrás que interpretar convirtiéndote en el tiburón no acostumbra a ser propio de dichos animales. Tanto si te encuentras cerca de la orilla como si prefieres adentrarte en el mar deberás sembrar el caos comiéndote a las personas y golpeando a los barcos.
La maldad te proporcionará ingentes cantidades de puntos especialmente al actuar en la arena de la playa en la que están presentes tantísimas personas.
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